jueves, octubre 06, 2005


CASA EN BURDEOS, Francia.
Compraron, para hacerla, una colina con vistas sobre la ciudad. El arquitecto se propuso una vivienda configurada, a su vez, por tres piezas o cajas superpuestas. La casa inferior es como una cueva. Se destina a los usos más privados y consiste en una serie de espacios enterrados en la colina. La casa superior se divide a su vez en dos: la destinada al matrimonio y la destinada a los hijos. La parte más importante de la casa, la zona de estar, que ocupa el interior de una caja de cristal, resulta casi invisible desde el exterior. El marido tiene su propia habitación, o más bien su propia estación. Un ascensor de 3 por 3.5 metros recorre libremente las tres casas, cambiando cada planta y su función según el ascensor repose o flote encima de ellas. Un muro/estantería cruza cada casa junto al ascensor [creando, efectivamente, una estantería de 3 pisos de alto]. Contiene todo lo que el cliente pueda necesitar: libros, material gráfico, y, en la bodega, vino... El movimiento del ascensor transforma a su paso la arquitectura de la vivienda. Una máquina es su corazón.